Las desigualdades, tanto socioeconómicas como medioambientales, se producen en todas las variables resultado de salud, tanto en morbilidad como mortalidad.
Si bien es cierto que todos moriremos en un momento u otro, las causas de dicha mortalidad pueden ser muy diferentes y se ha visto que estas causas pueden presentar diferencias geográficas, en el tiempo y por diferentes variables, tales como el sexo, etc.
En España, la tasa de mortalidad general (por 1000 habitantes) tiene, aun hoy en día, una gran dispersión según Comunidad Autónoma. En 2018, las CCAA con menor tasa de mortalidad eran Madrid y Baleares, mientras que las mayores tasas de mortalidad se daban en Asturias y Castilla y León. En el caso de Asturias y Castilla y León, este hecho se debe probablemente al mayor envejecimiento de la población. Por otra parte, y como era de esperar, la mortalidad entre los hombres continúa siendo mayor que entre las mujeres y ha aumentado en ambos sexos durante estos años.
Se observa que la mortalidad por neumonía y gripe ha aumentado, probablemente debido al aumento de la edad media de la población, ya que estas enfermedades presentan mucha mayor mortalidad en las personas mayores y que presentan patologías adicionales.
Cabe destacar que, tanto una menor esperanza de vida como unas mayores tasas de mortalidad, tanto general como por diferentes causas, se concentran en las CCAA con menor PIB per cápita. Incluso dentro de las propias CCAA existe en algunos casos una desigualdad notable que también debería abordarse, así como la influencia en estas desigualdades del nivel socioeconómico.
Estudiar esta distribución, tanto de la mortalidad como de la morbilidad, tiene un gran valor para la prevención, puesto que reflejará la distribución de los factores de riesgo que inciden en las causas estudiadas.
Así pues, hoy en día continúa existiendo la necesidad de reducir las desigualdades, tanto en esperanza de vida como en mortalidad, que se ha evidenciado que continúan siendo muy importantes, y tenerlo en cuenta en la prevención y abordaje de los diferentes eventos de salud, por ejemplo, en los rebrotes más que previsibles de la COVID-19.