Desde hace más de veinte años, se ha aportado bastante evidencia de la existencia de desigualdades en la salud y de que éstas tienen una explicación socioeconómica. Hoy en día, se ha demostrado que una proporción no insignificante de las desigualdades está causada por problemas ambientales. Estos factores están generalmente, aunque no únicamente, vinculados al sexo, a las condiciones sociales y económicas.
En general, el entorno de vida y, por consiguiente, las condiciones medioambientales pueden contribuir a las desigualdades socioeconómicas en la salud de dos maneras, independientemente o, más probablemente, conjuntamente. La primera es la exposición diferencial: los grupos más desfavorecidos económicamente presentan una mayor exposición a los problemas ambientales, incluida, entre otros, la contaminación atmosférica; mientras que la segunda es la susceptibilidad diferencial a la exposición: los principales efectos adversos para la salud, como resultado de problemas ambientales, se producen en las personas más desfavorecidas económicamente, debido a su mayor vulnerabilidad.
Por lo que se refiere a la epidemiología ambiental en el ámbito de las desigualdades medioambientales, mis intereses se han centrado principalmente en el análisis de la asociación de la exposición de los contaminantes atmosféricos sobre la salud humana.
En general hay dos tipos de efectos en salud en relación a la contaminación atmosférica. Por un lado, los efectos relacionados con exposiciones agudas de corta duración, o a corto plazo, que se traducen en: incremento de la mortalidad, ingresos hospitalarios por afectación respiratoria o cardiovascular, visitas a urgencias y/o atención primaria por afectación respiratoria o cardiovascular, uso de fármacos, merma en la actividad y rendimiento, absentismo laboral y escolar, síntomas agudos (tos, mucosidad, infecciones respiratorias, rinitis) y cambios fisiológicos (función pulmonar). Por otro lado, los efectos atribuidos a la exposición prolongada, o a largo plazo, que van desde un incremento de la mortalidad por enfermedad respiratoria o cardiovascular, aumento en la incidencia y prevalencia de enfermedad crónica respiratoria (asma, EPOC), cáncer de pulmón y enfermedad cardiovascular crónica.
Mientras los efectos a corto plazo se evalúan utilizando diseños ecológicos, habitualmente de series temporales (por ejemplo, asociación entre los niveles diarios de exposición a dióxido de nitrógeno en la ciudad de Barcelona y la mortalidad diaria entre los residentes de la ciudad), los efectos a largo plazo utilizan diseños individuales, bien espaciales, bien espacio-temporales.
En mi caso, me dedico sobretodo al análisis de los efectos a largo plazo de la exposición de la contaminación atmosférica sobre la salud. En las exposiciones a largo plazo, consideraremos que una persona, en virtud de residir en un área determinada, ha estado expuesta a un nivel (promedio) de diversas variables ambientales en el área pequeña donde esa persona ha residido.